Sabatino "Cacho" Palma trae a escena la más deleitante historia del mal, que cubierta de una graciosa pizca de ironía pone al descubierto la "manera de hacerbien el mal y hacer mal el bien"
Cuando la mística está de por medio, son muchas las cuestiones que se ponen en juego. Las sensibilidades tienden a ser heridas y los rechazos afloran con facilidad. Sin embargo, en esta oportunidad, esas particularidades son dejadas en el olvido, y no es un dato menor que Palma haya elegido el modo de cómo expresar y darle vida a esta joya de la literatura.
Hace dos años, "Memorias de Satán" se encontró con Palma y, con persistencia, entró en su mente tentándolo por completo.
con una investigación y dedicación de por medio, este director, recabó la información necesaria , para que esta versión teatral logra ocupar un lugar destacado dentro de la cultura rosarina.
Se levanta el telón
Aquí Satán se presenta recorriendo los momentos más soslayantes de su historia, incitando a volcar una mirada hacia su cruel destino.
Dialogando con el público, los actores interpretan las escenas desligados de su papel e inmediatamente volviendo a ellos.
Hernán Caleca, Temis Parola y Sabatino "Cacho" Palma, son los tres artístas que logran, mediante su arte , apropiarse del tiempo y del espacio.
Varios personajes bíblicos surgen en los pasajes místicos que aparecen como una suerte de racconto de este Lucifer que se complace ante tanta exposición.
Su despojo celestial y la posterior caída al precipicio, convierten su historia en el mayor motivo de rencor. La tentación, entonces , juega en esta puesta un papel fundamental, aggiornando el contexto y cautivando hasta el más mínimo suspiro.
La voz de Temis Parola, logra con su encanto crear en el auditorio una mezcla de serenidad y desconfianza, que no permite ni siquiera titubear.
Más allá de las palabras
La idea central del director de sostener en un cierto nivel la calidad del texto, logra provocar según explica: "conmoción, respeto, sorpresa y desacomodamiento". En ese sentido agrega, "fui dejando que sea el propio texto, quien me llevara y no el personaje. Sobre todo me dejé tentar por contar una historia entre un hijo y un padre, un padre que lo puede casi todo, pero no es así y hay algo de su primogénito que se le escapa" advierte su creador.
Seducido por la idea de un hijo de luz, luz como sinónimo de claridad omnipotente, infinitamente bueno, pero que peca de intolerancia, lo conmovió por completo. "Encontrarme con la escena brutal de la caída, de un padre impotente para retener a sus hijo que se desliza por el mismo abismo que él, me sedujo por completo", expone Palma y subraya, "no me puedo sacar de la cabeza que el bien y el mal son las dos caras de lo mísmo, es decir, que Dios y el Diablo van juntos, son como dos versiones del mismo ser, una aceptada y purificada, la otra maldita y expulsada. Que no es muy distinto, de lo que solemos hacer en nuestras ciudades y con nuestras propias cosas" , acota. esa es la idea que manifiesta a lo largo de toda la puesta, y eso es precisamente, lo que mantiene la enegía viva dentro de la obra desde su inicio y hasta el final.
Situaciones triviales de la cotidianeidad afloran con total soberanía, dejando relegada la maldad divina a los simples seres, que transitan el mundo en dos pies.
En esta fabulosa adaptación de "Memorias de Satán", el velo de la pureza se desliza suavemente para dar vida a las más esquisitas tentaciones que conviven entre todos nosotros.
Ficha técnica:
Autor: Alain Didier Weill
Dirección General y Adaptación: Sabatino "Cacho" Palma
Actores: Sabatino "Cacho" Palma, Hernán Caleca, Temis Parola
Asistencia Técnica: Ricardo Díaz Romero, Griselda Montenegro
Colaboración Artística: Juancho Perone, Myriam Cubelos, Lorena Salvaggio.
Iluminación: Tomás Ferrer
Producción: Diego Bollero
*Nota publicada en la edición de Julio de la revista ADN
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